Pablo Guadarrama González, Carlos Rojas Osorio
El Caribe ha constituido uno de los espacios esenciales de la conformación de la modernidad. El proceso de transculturación que se operó en él dio lugar a uno de los mestizajes más significativos de la época más reciente. Si bien, los que habitamos en él, por una parte nos sentimos orgullosos de la belleza de sus paisajes y de su herencia cultural –como parte inalienable de la civilización occidental–, a la vez sentimos profunda vergüenza por el genocidio cometido contra sus pueblos originarios y por la ignominiosa esclavitud a que fueron sometidos los africanos transterrados.