La sentencia sobre el asunto T-375/22 del Tribunal General de la Unión Europea representa un hito en la delimitación jurisprudencial del conflicto entre el derecho de acceso a los documentos institucionales y la protección de los datos personales en el ámbito parlamentario. Este trabajo examina críticamente los fundamentos jurídicos y las implicaciones estructurales de dicho fallo, prestando especial atención al modo en que se aplican las excepciones previstas en el Reglamento 1049/2001 cuando los documentos solicitados contienen información sobre eurodiputados y sus asistentes. A partir del análisis del rol del consentimiento, el interés público y el principio de proporcionalidad, se concluye que la sentencia refuerza una interpretación restrictiva del derecho de acceso, sin diferenciar entre sujetos con distinta exposición pública. Asimismo, se argumenta que el fallo consolida una arquitectura institucional donde el Parlamento Europeo conserva un margen discrecional excesivo para limitar la transparencia, debilitando tanto el acceso pasivo como la adopción de prácticas de transparencia activa. Todo ello plantea desafíos relevantes para el modelo de control democrático y de rendición de cuentas en el seno de la Unión Europea.
The judgment in case T-375/22 of the General Court of the European Union marks a significant step in the jurisprudential delineation of the conflict between the right of access to institutional documents and the protection of personal data within the parliamentary context. This paper critically examines the legal foundations and structural implications of the ruling, with particular focus on how the exceptions under Regulation 1049/2001 are applied when the requested documents contain information about Members of the European Parliament (MEPs) and their assistants. Through an analy-sis of the role of consent, public interest, and the principle of proportionality, the study concludes that the judgment reinforces a restrictive interpretation of the right of access, failing to distinguish between individuals with varying degrees of public exposure. Moreover, it is argued that the decision consoli-dates an institutional framework in which the European Parliament retains excessive discretion to limit transparency, thereby weakening both passive access rights and the development of proactive transparency practices. These findings raise important concerns regarding democratic oversight and accountability within the European Union