En general, la dignidad humana se concibe como el valor intrínseco y absoluto del ser humano, constituyéndose en el cimiento de los derechos humanos y en la basa de la convivencia pacífica. Como es de suponer, este concepto ha evolucionado históricamente, distinguiéndose el modelo contemporáneo de dignidad humana de los modelos tradicionales anteriores. Mediante una hermenéutica documental, el objetivo de esta reflexión fue analizar el debate contemporáneo sobre la dignidad en el pensamiento filosófico de Habermas, Garzón Valdés y Dworkin, explorando sus convergencias y divergencias. En este contexto, surgieron preguntas, tales como: ¿En qué medida las concepciones comunicativas de Habermas sobre la dignidad humana superan las limitaciones del formalismo kantiano al situarla en un marco intersubjetivo? ¿Cómo resuelve Garzón Valdés la tensión entre el carácter absoluto que atribuye al principio de dignidad y los dilemas morales que emergen en situaciones extremas? Y ¿De qué manera la articulación que propone Dworkin entre dignidad, autonomía personal y derechos humanos ofrece respuestas a los desafíos de las sociedades plurales contemporáneas? En un tono personal, se concluye que el diálogo filosófico señala caminos fértiles para enfrentar desafíos bioéticos y políticos contemporáneos, donde la dignidad permanece como faro ético ineludible a toda acción racional.
In general, human dignity is conceived as the intrinsic and absolute value of the human being, constituting the foundation of human rights and the basis of peaceful coexistence. As can be expected, this concept has evolved historically, distinguishing the contemporary model of human dignity from previous traditional models. Through documentary hermeneutics, the aim of this reflection was to analyze the contemporary debate on dignity in the philosophical thought of Habermas, Garzón Valdés and Dworkin, exploring their convergences and divergences. In this context, questions arose, such as: To what extent do Habermas' communicative conceptions of human dignity overcome the limitations of Kantian formalism by situating it in an intersubjective framework? How does Garzón Valdés resolve the tension between the absolute character he attributes to the principle of dignity and the moral dilemmas that emerge in extreme situations? And how does the articulation proposed by Dworkin between dignity, personal autonomy and human rights offer answers to the challenges of contemporary plural societies? On a personal note, it is concluded that the philosophical dialogue points out fertile paths to face contemporary bioethical and political challenges, where dignity remains an inescapable ethical beacon for all rational action.