En un artículo anterior referido al Ejército español de operaciones en Cuba escribía que en 1898, nues- tra marina de guerra mostraba cierta inferioridad respecto a la norteamericana, porque en el momen- to de ser agredidos bastantes barcos estaban en construcción o en reparación. Sin embargo, según analistas militares de la época, la Armada española se consideraba entre las cinco más poderosas del mundo. Incluso se argumentaba que nuestra Marina era equiparable a la de los Estados Unidos y en algunos aspectos hasta la superaba