Los procedimientos de selección en la cúspide de la pirámide administrativa y de organismos independientes debiera combinar dos vertientes: aspectos reglados y no reglados, competencias duras y blandas, consideración de los méritos objetivos, pero también de la más volátil y opinable «idoneidad». Se considera que debe garantizarse la «aptitud» de los candidatos, pero también la capacidad de elección entre los «aptos» por el órgano decisor: Gobierno-Congreso de los diputados en función de otras circunstancias. Lo que debe convertirle en un procedimiento híbrido en que ambas vertientes son necesarias y deben interrelacionarse y cumplirse.