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Rusia ha intentado justificar su intervención militar, desde la ocupación y anexión de Crimea, en 2014, hasta el ataque armado a gran escala iniciado en 2022, invocando diferentes argumentos jurídicos. El discurso ruso pone de manifiesto un profundo descontento por la reconfiguración del mapa geopolítico derivada de la desintegración de la URSS y por las intervenciones armadas de Estados Unidos y de otros países occidentales en diferentes países, algunos de ellos aliados de Rusia. La intervención militar rusa en Ucrania representa una transgresión del orden internacional de particular gravedad, y se diferencia de otras violaciones graves de la prohibición del uso de la fuerza porque ha sido utilizada para anexionarse parte del territorio de Ucrania.
Russia has sought to justify its military intervention, since the occupation and annexation of Crimea, in 2014, up to the large-scale armed attack launched in 2022, by invoking different legal arguments. The Russian discourse reveals a profound dissatisfaction with the reconfiguration of the geopolitical map resulting from the disintegration of the USSR and with the armed interventions of the United States and other Western countries in different states, some of them being Russian allies. The Russian military intervention in Ukraine represents a particularly serious transgression of the international order, and differs from other serious violations of the prohibition of the use of force because it has been used to annex part of Ukraine's territory.
