Pauline Martin
En cualquier circunstancia, investigar los fenómenos educativos es un desafío complejo, debido a que las ciencias de la educación están conformadas por múltiples disciplinas (Erdoğan, 2021) y, por ende, múltiples perspectivas ontológicas y metodológicas. Adicionalmente, en el campo de la política educativa, se orienta a comprender y resolver problemas globales (Harwell, 2011), más que perseguir paradigmas explicativos para comprender los problemas locales (Tedesco, 1986). Por lo tanto, la complejidad se vuelve más enredada en contextos escolares de marginación e inseguridad cuando develar relaciones e interacciones implica riesgos personales para los participantes y los investigadores y, a su vez, dificultades para conseguir datos confiables. En una investigación, las decisiones sobre el diseño y las opciones metodológicas son clave; no obstante, las consideraciones éticas se tornan imprescindibles para contribuir al carácter científico. La ética habitual llama a la confidencialidad y el consentimiento informado para no hacer daño, pero no son pautas suficientes para investigar en situaciones educativas de inseguridad y marginación. Basado en un programa de investigación durante cinco años en escuelas públicas en contextos inseguros, este artículo señalará las pautas éticas necesarias para resguardar la dignidad y la seguridad de las personas, así también lograr datos de calidad. Los hallazgos apuntan al beneficio mutuo, obtener un reflejo fiel de la realidad, considerar la seguridad personal y emocional, así como generar confianza. Con estos hallazgos, se espera contribuir al campo de la investigación educativa, con pautas éticas para resguardar la dignidad en contextos de inseguridad y lograr datos confiables, enfatizando las relaciones como eje.
In any circumstance, investigating educational phenomena is a complex challenge, because educational sciences comprise multiple disciplines (Erdoğan, 2021) and, therefore, multiple ontological and methodological perspectives. Additionally, the field of education policy is oriented towards understanding and solving global problems (Harwell, 2011), rather than pursuing explanatory paradigms to understand local problems (Tedesco, 1986). Therefore, the complexity becomes more entangled in school contexts of marginalization and insecurity when understanding relationships and interactions means personal risks for participants and researchers, as well as difficulties in obtaining reliable data. In research, decisions about design and methodological options are key; however, ethical considerations become essential to contribute to the scientific nature. Common ethics call for confidentiality and informed consent to “do no harm,” but these are not sufficient guidelines for research in educational situations of insecurity and marginalization. Based on a five-year research program in public schools in unsafe contexts, this article will point out the ethical guidelines necessary to protect the dignity and safety of people, as well as achieve quality data. The findings point to mutual benefit, obtaining an accurate reflection of reality, considering personal and emotional safety, and generating trust. With these findings, this article contributes to the field of educational research, with ethical guidelines to protect dignity in contexts of insecurity and achieve reliable data, emphasizing relationships as key.