Daniel Noboa asumió la presidencia de Ecuador en noviembre de 2023, tras ganar un proceso electoral anticipado. Su gestión, enmarcada en un contexto de transición, se centró en combatir la inseguridad con estados de emergencia y militarización, logrando reducir homicidios, aunque generando críticas por violaciones a los derechos humanos. Los principales desafíos enfrentados por la administración actual están relacionados con reformas limitadas, un crecimiento estancado y una crisis energética que golpeó la aceptación del presidente. El proceso político, que confluye en el proceso electoral, ha sido un proceso desprovisto de propuestas y dominado por la polarización que se refleja en una campaña marcada por la confrontación entre Daniel Noboa y Luisa González, con un escaso debate programático y una confrontación que eclipsa soluciones estructurales para el país.
El presente artículo analiza la campaña electoral que, si bien comenzó el 6 de enero de 2025, se fue gestando meses atrás, tras el período de transición.
Examina además cómo el proceso, liderado por el presidente de la República y los asambleístas, derivó en una polarización profunda, reduciendo la contienda a dos candidaturas principales: la liderada por el propio presidente y la representante del correísmo. Ello pese a la inscripción de 16 binomios.
Daniel Noboa assumed the presidency of Ecuador in November 2023, after winning an early electoral process. His administration, set in a transitional context, focused on combating insecurity through states of emergency and militarization, achieving a reduction in homicides, though drawing criticism for human rights violations. The main challenges faced by the current administration relate to limited reforms, stagnant growth, and an energy crisis that impacted the president’s approval ratings.
The political process, culminating in the electoral process, has been devoid of substantive proposals and dominated by polarization, reflected in a campaign marked by confrontation between Daniel Noboa and Luisa González, with little programmatic debate and a clash that overshadows structural solutions for the country.
This article analyzes the electoral campaign, which, while officially starting on January 6, 2025, had been developing months earlier, following the transition period.
It also examines how the process, led by the president of the Republic and assembly members, resulted in deep polarization, reducing the contest to two main candidacies: that led by the president himself and the representative of Correísmo, despite the registration of 16 candidate pairs.