Barcelona, España
Los últimos discursos en educación social han puesto de manifiesto el creciente interés por desarrollar en profundidad su dimensión ética. Las concepciones de la ética del cuidado toman una relevancia central a la hora de pensar en el papel de la ética de las profesiones sociales y educativas. Este artículo profundiza en la conceptualización teórica y el análisis de las representaciones que los educadores sociales tienen sobre la idea del cuidado educativo como propuesta ética en las relaciones socioeducativas. Para ello, sepresenta la propuesta de ética del cuidado de Gilligan y, en dicho marco, se desarrollaun trabajo empírico cualitativo con 14 grupos de discusión de educadores sociales, entrevistas a 19 educadores sociales y a 11 personas con las que han mantenido la relación socioeducativa. Los resultados permiten identificar e implementar prácticas de cuidado en la relación socioeducativa que tienen un impacto directo en el bienestar de aquellaspersonas, alejándose de una visión asistencialista, paternalista o buenista. A modo de conclusión, se propone el cuidado educativo como una práctica que permite crear escenarios de intervención que fundamenten una mirada ética en la relación socioeducativa.
Recent discourses on social education have highlighted a growing interest in developing the ethical dimension. Concepts of the ethics of care are key when thinking about the role of ethics in the social and educational professions. This article discusses the theoretical conceptualisation and analysis ofrepresentations that social educators have of the idea of educational care as an ethical component of socio-educational relations. To this end, Gilligan’s proposal regarding the ethics of care is discussed.Within this framework, moreover, a qualitative empirical study was carried out through 14 focus groups of social educators and interviews with 19 social educators and 11 people with whom theyhave maintained a socio-educational relationship. The results enable us to identify and implement care practices within the socio-educational relationship that have a direct impact on the well-beingof these people, eschewing the welfare-based, paternalistic or “good-hearted” approaches. In conclusion,educational care is proposed as a practice that makes it possible to create scenarios for intervention based on an ethical view of the socio-educational relationship.