Los fondos de litigación constituyen una herramienta financiera que permite a empresas y particulares afrontar procesos judiciales sin asumir directamente los costes ni los riesgos económicos asociados. Esta modalidad, ha empezado a ganar terreno en España, especialmente en sectores estratégicos como energía y competencia. El modelo permite externalizar gastos legales, transformando reclamaciones en activos. Sin embargo, la falta de regulación específica puede generar inseguridad jurídica y conflictos de intereses entre financiadores y litigantes.