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La Inteligencia Artificial (IA) ha dejado de ser una desconocida, para convivir diariamente entre nosotros. No obstante, en el ámbito de las Administraciones Públicas, puede encontrar resistencia en su uso motivado por la necesidad de cambiar la mentalidad del legislador que han de llevar a la modificación sustancial de normas procedimentales. El derecho urbanístico tiene en la IA un gran reto si quiere no quedarse atrás. ¿Será posible?
Artificial lntelligence (AI) is no longer an unknown entity; it has become a part of our daily lives. However, in the realm of Public Administration, its adoption may face resistance due to the need for a shift in the legislator's mindset, which would require substantial modifications to procedural regulations. Urban planning law faces a significant challenge with AI if it does not want to fall behind. Will it be possible?
