La fundación en 1509 del primer centro urbano europeo en la isla de Puerto Rico coincidió con un periodo acelerado de cambio en la forma de gobernar los reinos hispánicos y sus posesiones americanas. Los Reyes Católicos y sus sucesores se enfrentaron a Cristóbal Colón y sus descendientes en el tema espinoso de la gobernanza en el Nuevo Mundo. Tanto la fundación como el traslado de la capital de Puerto Rico fueron parte del juego de poder político entre los reyes y los virreyes, sus representantes en América. La investigación que ordenó el rey Carlos I sobre el traslado de la capital a la isleta de San Juan ilustra la nueva mentalidad de la dinastía de los Austria, así como la lógica argumental y el oportunismo de un abogado cuyo comportamiento sesgado hacia los intereses dominantes incluyó la ambigüedad, la desinformación y la mentira.
The founding on 1509 of Puerto Rico’s first European urban center collided with a period of whirling changes on the model of government for the Hispanic kingdoms and its possessions in America. The Catholic Kings and their successors battled with Columbus and his heirs about the hot issue of administering the New World. The establishment and transfer of the island’s capital city was an episode of the clash between the kings and the viceroys, their representatives. The inquiry ordered by King Carlos about the transfer of the island’s capital illustrates the political framework of the new dynasty and the typical argumentative logic of a persuasive lawyer whose biased attitude in favor of the powerful included ambiguity, disinformation and untruthfulness.