Argumentamos que la última novela de Kazuo Ishiguro, Klara and the Sun (2021), representa una “ustopia” (Margaret Atwood): una visión de un futuro cercano que retrata una tensión no resuelta entre premisas utópicas y distópicas, preocupaciones humanistas y posibilidades posthumanistas, ansiedad y esperanza. Klara and the Sun está narrada en primera persona por Klara, un robot infantil dotado de capacidades afectivas, cognitivas y de aprendizaje, que experimenta un mundo marcado por la emergencia climática, la ingeniería genética y la IA. La novela de Ishiguro se basa en motivos familiares de la ciencia ficción distópica, transmitiendo una ansiedad humanista sobre las nuevas formas de desigualdad generadas por el mejoramiento genético y los problemas de identidad derivados de la posibilidad de que los robots humanoides puedan replicar y reemplazar a los humanos. Sin embargo, en contraste con las interpretaciones humanistas de la novela de Ishiguro, argumentamos que también presenta la posibilidad de un “suplemento posthumano” a la tradición humanista. Los robots humanoides como Klara, capaces de creatividad, curiosidad y cuidado desinteresado, abren la posibilidad de una lógica de différance (Jacques Derrida) y, por lo tanto, nuevas formas de existencia y relaciones humano-posthumanas. La novela imagina vínculos significativos entre los humanos y las singularidades similares a los humanos, así como nuevas posibilidades de aprendizaje mutuo relacionadas con la creación de unas convicciones ecosofícas (Félix Guattari) de IA que contrarreste la degradación ambiental y la alienación de la naturaleza.
We argue that Kazuo Ishiguro’s latest novel, Klara and the Sun (2021), articulates an “ustopia” (Margaret Atwood), a near-future vision that exists in a dialectical tension between utopian and dystopian premises. Klara and the Sun is narrated in the first person by Klara, a childlike robot endowed with affective, cognitive, and learning capacities, who experiences a world marked by climate emergency, genetic engineering, and the AI revolution. Ishiguro’s novel builds on familiar sci-fi dystopian motifs, conveying a humanistic anxiety about both new forms of inequality generated by genetic enhancement and identity issues arising from the possibility that humanoid robots replicate and substitute real humans. However, Ishiguro also articulates a forward-looking posthuman humanism. In Ishiguro’s vision, humanoid robots like Klara capable of creativity, curiosity, and selfless care—open the possibility of a logic of différance (Jacques Derrida) and thus a novel form of posthuman humanism. This envisions a community of singularities made of humans and human-like robots and new types of belief that could counteract the environmental degradation and the alienation from nature.