Santiago, Chile
Tras reseñar brevemente la historia de su criminalización, el artículo presenta una reconstrucción dogmática de la estructura típica de la prevaricación de abogado. La consideración del problema del bien jurídico resulta en una desestimación tanto de la tesis que lo identifica con la correcta administración de justica como de la categorización del respectivo delito como uno pluriofensivo, lo cual da pie a postular el correcto ejercicio de la profesión jurídica como un “bien jurídico intermedio”. Ello conduce a una propuesta de demarcación de las especies de prevaricación respectivamente penalizadas en los arts. 231 y 232 del Código Penal, que logra explicar la mayor gravedad de la segunda. Lo anterior sienta las bases para esclarecer los presupuestos típicos del delito previsto en el art. 231, para lo cual el foco queda puesto en su estatus como delito especial; en la exigencia de una deslealtad profesional; en la modalidad consistente en el descubrimiento de secretos del cliente; y en la naturaleza que ha de exhibir el perjuicio irrogado al cliente. Finalmente, se defiende la suficiencia del dolo eventual como título de imputación subjetiva, y se esboza una solución para el problema del posible concurso con el delito de violación del secreto profesional.
After briefly reviewing the history of its criminalization, the article presents a reconstruction of the conceptual structure of so-called “prevarication by a lawyer”. The consideration of the issue of the “legal good” involved results in a rejection of both the thesis that identifies it with the correct administration of justice and the categorization of the offense in question as a “multiply harmful” one, which gives rise to the postulation of the correct exercise of the legal profession as an “intermediate legal good”. This leads to a demarcation of the kinds of prevarication respectively penalized under Arts. 231 and 232 of the Penal Code, which manages to explain the greater seriousness of the latter. The foregoing lays the foundations for clarifying the elements of the offense type defined in Art. 231, whereas the focus is placed on its status as an offence restricted to a special class of perpetrator; on the conduct requirement of a professional disloyalty; on the perpetration modality corresponding to the discovery of the client's secrets; and on the nature of the harm inflicted on the client. Finally, the article argues for the sufficiency of dolus eventualis as mens rea form, and sketches a solution for the problem of the possible joint perpetration of a violation of professional secrecy.