Valdivia, Chile
En los ordenamientos jurídicos de la tradición del civil law, la evidencia empírica no es considerada relevante para declarar inconstitucional una ley. Este artículo cuestiona dicha asunción, supuestamente basada en el diseño institucional del control de constitucionalidad, especialmente, de los denominados mecanismos de control abstracto, centrados únicamente en comparar los enunciados lingüísticos de la Constitución y la ley. Se demuestra que, en la práctica, los tribunales consideran frecuentemente hechos en sus argumentos, ya sea que declaren conforme o no con la Constitución a la ley impugnada. Poner de manifiesto esto resulta crucial, pues indica que el razonamiento constitucional no se basa únicamente en un análisis lógico-lingüístico, sino también requiere analizar y discutir hechos. Como resultado, la inexistencia de un marco conceptual relativo a la incorporación y utilización de evidencia empírica en el control de constitucionalidad redunda en un ámbito de pura discrecionalidad judicial, que es imposible controlar y que afecta la equidad de dichos procedimientos, los fundamentos de las decisiones judiciales, erosionando en último término su legitimidad.
In legislations belonging to the civil law tradition, factual evidence is disregarded in assessing the unconstitutionality of legal provisions. This understanding, allegedly based on the institutional design of judicial review, particularly in the so-called abstract review mechanisms that focus solely on comparing linguistic statements from the Constitution and statutory provisions, is contested by this article. It demonstrates that courts often consider in their arguments factual evidence whether they uphold or deem unconstitutional challenged legislation. This finding is crucial, as it shows that constitutional reasoning is not only based on linguistic and logic analysis but also requires taking facts into consideration. As a result, the lack of a framework for incorporating and utilizing empirical evidence in judicial review creates a realm of pure judicial discretion, which is unverifiable and potentially can undermine the fairness of such processes and the rationales of constitutional court decisions, ultimately affecting their legitimacy.