Emiliano Antonio Curbelo Hernández, Rubén Yusta Tirado
En los diversos ámbitos, campos, espacios, escenarios y contextos en los que se hace presente el Trabajo Social, la intervención social suele manifestarse bajo diversas proposiciones, fundamentalmente instituidas en construcciones asistenciales y/o asistencialistas que se identifican con fundamentos lineales, simplistas e individualizadores, alejados del paradigma de la complejidad, complejo y/o transformador.
De esta circunstancia nace el hecho de que se dota de metodologías que procuran escasas transformaciones en las circunstancias sociales complejas y en la propia persona, familia, grupo y/o colectividad, explicitándose habitualmente mediante un repertorio de ocurrencias materialistas que intentan abordar las consecuencias de las disímiles realidades sociales, normalmente desde la prescripción y/o derivación a recursos, servicios y/o programas, así como mediante la tramitación de ayudas y prestaciones, operando mayormente desde la materialidad del método básico, mostrando aspectos propios de la “arqueología del Trabajo Social”.