Jaén, España
El 21 de mayo de 2024 se dictó la primera sentencia del Tribunal Constitucional sobre la Ley por el derecho a la vivienda de 2023. Esta ley nació con polémica en lo social, en lo político y en lo legislativo. El problema del encarecimiento de la vivienda en España ha intentado solucionarse en este último ámbito con una norma que, además de ser de escasa factura técnica —por la vacuidad, cuando no inocuidad, de gran parte de sus preceptos—, necesitaba de implementación por las comunidades autónomas, al venir a ellas reservada la competencia exclusiva para legislar sobre ese sector. Conocedor de esa circunstancia, el legislador ofrece una solución discutible proponiendo un producto que, primero, es inocuo, prescindible, en muchas de sus propuestas y, sobre todo, resulta arduo de separar del concepto de ley de bases o de norma supletoria de las autonómicas. Ese es el principal argumento del recurso formulado por la Junta de Andalucía. La solución del Tribunal Constitucional pasa, en esencia, por reconocer al Estado esta competencia tomando como doble fundamento el de la necesidad de garantizar la igualdad en el ejercicio de los derechos a todos los españoles y la ordenación de la economía. Ocurre, no obstante, que ya desde la anulación de la mayor parte de la normativa urbanística estatal (TRLS´92) en virtud de la STC 61/97, se perfilaba como fundamento inamovible que el Estado en materia de competencia exclusiva de las comunidades autónomas no podía legislar ni con carácter supletorio ni formulando «bases» a desarrollar por las autonomías. Los difíciles y discutibles equilibrios argumentales que ahora el Tribunal Constitucional emplea para confirmar la constitucionalidad de esta Ley constituyen el objeto de estudio
On May 21, 2024, the first ruling of the Constitutional Court on the Right to Housing Law of 2023 was issued. This law was born with controversy in social, political and legislative terms. The problem of rising housing prices in Spain has been attempted to be solved in this last area with a rule that, in addition to being of poor technical quality —due to the emptiness, if not harmlessness, of many of its precepts—, needed implementation by the autonomous communities, as they are reserved the exclusive competence to legislate on this sector. Aware of this circumstance, the legislator offers a debatable solution by proposing a product that, first, is harmless, dispensable, in many of its proposals and, above all, is difficult to separate from the concept of a basic law or supplementary rule of the autonomous ones. This is the main argument of the appeal formulated by the Junta de Andalucía. The Constitutional Court’s solution is, in essence, to recognise the State’s competence, taking as a double basis the need to guarantee equality in the exercise of rights for all Spaniards and the organisation of the economy. However, it happens that since the annulment of most of the state urban planning regulations (TRLS’92) by virtue of STC 61/97, it was outlined as an unshakeable basis that the State in matters of exclusive competence of the autonomous communities could not legislate either in a supplementary capacity or by formulating «bases» to be developed by the autonomies. The difficult and debatable balance of arguments that the Constitutional Court now uses to confirm the constitutionality of this Law constitute the object of study