El desastre natural y humanitario sufrido por Valencia —especialmente—, Castilla-La Mancha y Andalucía de octubre de 2024 se produjo en un contexto en el que el cambio climático es una realidad y España es uno de los países europeos más vulnerables a sus consecuencias. La adaptación al calentamiento global en materia de recursos hídricos requiere el refuerzo de la seguridad hídrica, la restauración de nuestras masas de agua y el incremento de su resiliencia, algo que ya previmos en el Plan de Recuperación aprobado en julio de 2021 y por lo que vamos a seguir trabajando.