El desarrollo capitalista produjo la industria a gran escala, que a su vez desarrolló y mejoró los métodos para extraer plusvalía, fuente de riqueza de la clase dominante. Basada en el uso de maquinaria y en la división social del trabajo, la industria moderna se caracteriza por socializar la producción con la cooperación entre los trabajadores, a través de la cual el potencial productivo humano se eleva a índices de productividad nunca antes imaginados. Pero mientras la producción se socializa, las ganancias se privatizan.