Colchester District, Reino Unido
Madrid, España
Cada vez hay más evidencias de la existencia de tensiones entre las ambiciosas declaraciones de principios éticos del trabajo social y la medida en que estos principios se han visto reflejados realmente en las prácticas de la profesión a lo largo de su historia. Un área en la que esto se hace evidente es en el acceso a la educación en trabajo social. A pesar de ser un tema poco investigado a nivel global, varios estudios han comenzado a destacar la posible desconexión en distintos contextos entre los valores profesionales y las decisiones relativas a la admisión de estudiantes en los estudios de trabajo social. Esto es especialmente relevante en países como Inglaterra, donde el acceso a los estudios de trabajo social depende de unos exhaustivos procesos de selección, influenciados porla presión de priorizar los intereses del mercado influenciados por la presión de priorizar los intereses del mercado y una moralización del proceso, en lugar de enfocarse en la inclusión y la representatividad del alumnado de trabajo social. El intenso escrutinio incluyeverificaciones de antecedentes penales. Este artículo presenta los resultados de un estudio de metodología mixta (encuesta online con preguntas abiertas y cerradas) sobre las actitudes del profesorado de trabajo social al evaluar la idoneidad de las personas con antecedentes penales para acceder a la formación en trabajo social en Inglaterra. El análisis de los resultados pone de manifiesto la duda sobre si las y los trabajadores sociales reflejan adecuadamente a las comunidades a las que sirven, así como la creciente preocupación de que la deriva de las políticas ha permitido prácticas de selección moralizadoras y demasiado centradas en evitar riesgos, sin suficiente control de la arbitrariedad, en una etapa clave para la inclusión en el sector. Este estudio, por tanto, contribuye a los debates sobre las admisiones en trabajo social en Inglaterra a la vez que busca incentivar la reflexión y abrir un debate internacional más amplio, así como promover una agenda de investigación sobre los procesos y criterios de acceso a la educación en trabajo social.
There is growing evidence of a tension in social work between our professional ethics and the extent to which these ethics stand up to historical scrutiny. One such area is access to social work education. While a gap in research globally, growing attention highlightsa potential disconnect between professional values and system influences on social work education admissions decision-making. This is especially the case in countries like England, where entry to social work studies is conditional on deeply scrutinising selection processes influenced by pressures to prioritise market interests and moralising gatekeeping over inclusion and representativity of candidates. This scrutiny includes an enhanced level of criminal record checks. This paper presents findings from a mixed methods study of social work educator attitudes in assessing suitability of applicants with criminal records to study social work in England. Thematic analysis contextualises a growing concern about the extent to which social workers are representative of the communities we service together with increasing suggestion that policy drift has enabled unchecked potentially risk averse and moralising gatekeeping practices at the key inclusive workforce stage. This study therefore contributes to the debates about social work admissions in England while, at the same time, it seeks to trigger reflection and promote a broader international discussion and a research agendaaround the processes and criteria of access gatekeeping to social work education.