El Reglamento europeo de Inteligencia Artificial es una norma extensa y compleja, de alto componente tecnológico, cuyo articulado diseña un intrincado conjunto de obligaciones a cargo tanto de las empresas como de las administraciones públicas que utilicen esta tecnología. Cumplir el RIA va a exigir, a los profesionales del Derecho y a los de la tecnología, no solo de un estudio detallado de la norma, sino también va a requerir de un diálogo permanente entre ellos y con expertos en otros ámbitos, como la ciencia de datos, la informática, la estadística, la sociología y la ética.