En los años setenta del siglo XX, los sindicatos mayoritarios de Suecia y el Partido Socialdemócrata en el gobierno diseñaron y presentaron un proyecto que, de haberse implantado, podría haber cuestionado los cimientos del capitalismo en ese país: los fondos de inversión de los asalariados. En su versión original, constituía un paso hacia la socialización del capital a través de la paulatina transferencia de los medios de producción y del poder de gestión de las empresas a los trabajadores.Este artículo explica la historia de esta idea desde el enfoque de la crítica marxista de la economía política. El objetivo es enriquecer el debate profundizando en cuatro aspectos: 1) las características y el potencial relativamente rupturista del proyecto original; 2) las subsiguientes dificultades políticas para su implantación derivadas del rechazo por parte del capital y de una fracción de la propia socialdemocracia; 3) las diferencias entre el plan original y el que finalmente se llegó a implantar; 4) el funcionamiento real de los fondos a lo largo de los noventa, sus resultados y su abolición final.