Jorge De Andres, Angel Belzunegui Eraso , Anna Sánchez Aragón
(1) Antecedentes: La adolescencia es una fase fundamental en el desarrollo de los individuos, durante la cual son especialmente sensibles al uso de sustancias, tanto en términos de iniciación como de las consecuencias que el uso habitual puede conllevar.
Esto explica por qué el estudio de las variables que influyen en el consumo de sustancias por parte de los adolescentes es un tema relevante en la literatura de salud pública. En este sentido, la literatura ha reportado ampliamente que la religiosidad es un factor protector contra el uso de sustancias. (2) Métodos: En una muestra de Tarragona (España) (N=1,935 adolescentes), evaluamos si la religión es un factor protector contra el uso de las sustancias más comunes: alcohol, tabaco y cannabis. Diferenciamos tres dimensiones de la religiosidad en la escala utilizada en los estudios de Planet Youth: fe, asistencia a cultos y entorno religioso. (3) Resultados: La escala de religiosidad de Planet Youth, que puede dividirse en tres subescalas (fe, asistencia a cultos y entorno religioso), fue validada con análisis factoriales exploratorios y confirmatorios. También hemos comprobado que la religión es efectivamente un factor protector contra el abuso de sustancias, ya que la razón de probabilidades para al menos una dimensión vinculada a la religiosidad fue a menudo menor que uno para todos los comportamientos de consumo examinados. Sin embargo, el grado de significancia estadística dependió de la sustancia evaluada. La protección es más clara para el cannabis que para el alcohol y el tabaco. Del mismo modo, la asistencia a cultos tuvo un efecto protector significativo.
Por otro lado, el entorno religioso parece ser un factor protector menor, mientras que simplemente ser creyente no parece tener ningún efecto preventivo. (4) Conclusiones:
La religión tiene una capacidad significativa para prevenir el consumo de sustancias.
Sin embargo, el poder de esa capacidad inhibitoria depende de la sustancia y el comportamiento de uso y de la dimensión de la religiosidad.
(1) Background: Adolescence is a fundamental phase in the development of individuals, during which they are especially sensitive to substance use, both in terms of initiation and the consequences that habitual use can lead to. This explains why the study of the variables that influence substance use by teenagers is a key topic in the public health literature. In this regard, religiosity has been widely reported to be a protective factor against substance use. (2) Methods: In a sample from Tarragona (Spain) (N=1,935 adolescents), we tested whether religion is a protective factor against the use of the most common substances: alcohol, tobacco, and cannabis. We differentiate three dimensions of religiosity in the scale used in the studies of Planet Youth: faith, cult attendance, and religious environment. (3) Results: The religiosity scale of Planet Youth, which can be split into three subscales (faith, cult attendance and religious environment), was validated with exploratory factor and confirmatory factor analyses. We have also checked that religion is indeed a protective factor against substance abuse since the odds ratio for at least one dimension linked to religiosity was often less than one for all examined consumption behaviours. However, the degree of statistical significance depended on the substance assessed. Protection is clearer for cannabis than it is for alcohol and tobacco. Similarly, cult attendance had a significant protective effect. On the other hand, the religious environment appears to be less of a protective factor, while simply being a believer seems to have no preventive effect at all. (4) Conclusions:
Religion has a significant ability to prevent substance use. However, the power of that inhibitory capability depends on substance and use behaviour and on the religiosity dimension.