Sevilla, España
Este artículo examina las experiencias laborales de mujeres trans en peluquerías, una de las pocas salidas laborales junto con la prostitución. Se destaca la estrecha relación entre ambas actividades en Ecuador y otros contextos latinoamericanos. Las jerarquías de género, raza, sexualidad y clase influyen en estas dinámicas, reproduciendo la exclusión de cuerpos no conformes a la heteronormatividad. El trabajo muestra que las peluquerías, dirigidas por personas LGBTQ+, no solo ofrecen empleo, también funcionan como refugios ante violencia familiar y exclusiones educativas y laborales. El encuentro con redes de apoyo facilita la inserción laboral y mejoras en la movilidad social, aunque la mayoría aún enfrenta exclusión y crímenes de odio. La pandemia acentuó el cierre de peluquerías, históricamente conocidas como «centros del consuelo», refugios para disidentes sexuales. No obstante, el trabajo emocional de las peluqueras trans contrasta con la disminución de estos espacios.
This article examines the work experiences of trans women in hair salons, one of the few job opportunities along with prostitution. The close relationship between both activities in Ecuador and other Latin American contexts is highlighted. Hierarchies of gender, race, sexuality and class influence these dynamics, reproducing the exclusion of bodies that do not conform to heteronormativity. The work shows that hair salons run by LGBTQ+ people not only offer employment, they also function as refuges from family violence and educational and labor exclusions. Encountering support networks facilitates job placement and improvements in social mobility, although the majority still face exclusion and hate crimes. The pandemic accentuated the closure of hair salons, historically known as «Consolation Centers», refuges for sexual dissidents. However, the emotional work of trans hairdressers contrasts with the decline of these spaces.