Los grupos paramilitares colombianos han actuado, desde su nacimiento, en connivencia con el Ejército de aquel país para defender los intereses y las propiedades de las elites locales y extranjeras, haciendo del conflicto colombiano un entramado de intereses en el que se enfrentan Éjército, paramilitares y guerrilla. El actual Gobierno de Uribe ha iniciado un proceso de desmilitarización e incorporación a la vida civil de los miembros de las fuerzas paramilitares que despierta cierto escepticismo en la comunidad internacional y se precibe de forma muy crítica por las organizaciones de defensa de los derechos humanos