David M. Gallagher
Desde 1982, casi todos los países de América Latina enfrentan una grave crisis de financiamiento externo. El autor traza el proceso de acumulación de deuda en la década anterior, cuando hubo una oferta sin precedentes de fondos de intermediación bancaria. Postula que si bien la crisis fue provocada, finalmente, por un deterioro de los términos de intercambio de los deudores y una fuerte disminución en la oferta internacional de fondos, el proceso de acumulación de deuda era insostenible y la crisis por lo tanto inevitable. En cuanto a las posibles soluciones, el autor piensa que se está agotando el actual proceso de negociaciones y que serán necesarias soluciones más duraderas y sostenibles al problema. Probablemente éstas tendrían que ser provocadas por alguna acción coordinada de los países deudores, ya que los bancos procuran preservar el statu quo.