Santiago, Chile
Desde los inicios de la explotación en gran escala del cobre, la industria estuvo dominada por un grupo reducido de compañías trasnacionales. Sin embargo, a partir de la Segunda Guerra Mundial surgieron nuevos actores claves, que deterioraron su poder. Los sistemas intergubernamentales de regulación propuestos no han prosperado y las empresas nacionalizadas no han logrado establecer regímenes alternativos de ordenamiento de la industria. Aunque la industria es hoy más competitiva, es también más inestable, con todos sus perjuicios. La inestabilidad se traduce en sobreinversión y consecuentes bajos precios por largo tiempo; en sustitución del cobre, y en fluctuaciones de los retornos. Se agrega hoy una ostensible declinación del crecimiento del consumo. En suma, la industria del cobre atraviesa por una crisis que se puede caracterizar como de falta de planificación y guía de largo plazo.