El desmesurado crecimiento del Estado es percibido por una amplísima corriente de pensamiento social, económico y político como una importante restricción a la esfera de la libertad personal y, por ende, como amenaza a las instituciones de la sociedad libre. Esta preocupación, originalmente planteada por el llamado neo-liberalismo, está siendo compartida por un espectro cada vez mayor de ensayistas y pensadores, entre los cuales se cuentan incluso severos críticos del sistema capitalista. Como exposición sistemática de los riesgos que entraña la hipertrofia del aparato estatal en las sociedades occidentales modernas, el capítulo que Wilhelm Röpke dedicó en su libro A humane Economy al Estado benefactor y al efecto económico que le es consubstancial, la inflación crónica, es un texto fundamental. El autor no sólo propone un marco conceptual claro para encuadrar las actividades estatales en el ámbito que les corresponde sino que también desarrolla interesantes reflexiones sobre el debilitamiento de las energías que a nivel individual y social comporta la institucionalización del estatismo.