Las doctrinas económicas liberales postulan que la seguridad puede y debe operar a partir de la ley de la oferta y la demanda, y que, por lo tanto, la seguridad pública, nacional, regional e internacional debe ser abastecida por el mejor proveedor, toda vez que los Estados no son los “administradores idóneos”. ¿Debe o no el Estado prevalecer en el terreno de la seguridad?