Jaime del Arenal Fenochio
Juárez ha sido considerado en México como la encarnación viva de la legalidad, sin que se recuerde ni se haga mayor hincapié en el uso tan amplio y flexible que le dio a las llamadas “facultades extraordinarias”, lo que supuso una enorme y grave discrecionalidad en el manejó de la ley, comenzando por la propia Constitución de 1857 que dijo defender a ultranza frente a los conservadores y los imperialistas, y que acabó dirigiendo incluso contra los miembros del propio grupo liberal.