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Antonio Jesús Rodríguez Redondo
Con la adopción en 2015 del Acuerdo de París en materia de cambio climático, se establece un nuevo modelo que pretende una lucha más efectiva contra el mismo. De esta manera, el enfoque bottom-up que se consagra a través de la técnica de las Contribuciones Determinas a Nivel Nacional, supone una obligación de procedimiento a todos los Estados Partes del tratado. Es por ello que, ante la falta de definición del contenido por ser determinado por cada Estado y, por lo tanto, con amplio margen discrecional, parece interesante determinar hasta qué punto, de la determinación de la obligación jurídica internacional, va a surgir una práctica ulterior que ayude a la interpretación del propio instrumento jurídico internacional, conforme a la regla establecida en el artículo 31 de la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados. Teniendo en cuenta que, una de las características del Acuerdo de París, es su falta de precisión en muchas de sus disposiciones.
With the adoption in 2015 of the Paris Agreement on climate change, a new model is established that seeks a more effective fight against climate change. In this way, the bottom-up approach that is enshrined through the technique of Determined Contributions at the National Level, supposes a procedural obligation to all the States Parties to the treaty. That is why, given the lack of definition of the content to be determined by each State and, therefore, with a wide margin of discretion, it seems interesting to determine to what extent from the determination of the international legal obligation a subsequent practice will arise that assist in the interpretation of the international legal instrument itself, in accordance with the rule established in Article 31 of the Vienna Convention on the Law of Treaties. Bearing in mind that one of the characteristics of the Paris Agreement is its lack of precision in many of its provisions.
