Giulio Carlo Argan, Catedrático de Historia y conocido crítico de arte, fue primer alcalde comunista de una ciudad mítica, Roma, capital por partida doble del Estado italiano y de la Iglesia católica. Desde el consistorio municipal y durante los años de su mandato -posteriormente fue sustituido tras su jubilación por Petroselli, quien falleció durante una Junta Municipal- Argan se preocupó por devolver a Roma parte de estatus perdido como centro cultural de primera magnitud. Las relaciones entre el Estado italiano, el Vaticano y el municipio de Roma; el coste económico, político y urbano de la capitalidad; la política cultural de la Administración Central para con Roma... son algunas de las preocupaciones manifestadas por Argan a lo largo de la entrevista que publicamos.