Un abordaje complejo de la salud la contempla como un derecho inherente de la población y, al mismo tiempo, como espacio estratégico de desarrollo de la base productiva y tecnológica. El Estado desempeña un papel fundamental en materia de regulación, formación de capacidades y aseguramiento del acceso universal. En este contexto, la pandemia mostró la necesidad de que las políticas nacionales se complementen con líneas de acción articuladas en un plan de alcance regional.