Los cambios sociales golpean a las puertas de la escuela con renovadas demandas. Se requiere capacidad constante para reconocerlos, para negociar desde la crisis las certezas y las incertidumbres. La escuela debe recrearse a sí misma en el contexto de un mundo nuevo y en un juego dialéctico con él, respondiendo a las demandas que se le formulan. Hay un juego enriquecedor en la tarea de conservar y renovar, de respetar y transformar. Se propone asumir la perspectiva de los diversos actores y compartir un recorrido crítico y esperanzador por la vida cotidiana de la escuela de hoy y del nuevo milenio.