A pesar de los riesgos fundados, las potencias nucleares han mantenido durante décadas una posición reticente respecto a la eliminación completa de sus arsenales, lo que ha dado lugar a diversas preocupaciones en torno a la regulación de las armas nucleares en el Derecho Internacional. Por eso es necesario impulsar el Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares, que entró en vigor apenas en enero de 2021.