Antonio Weiss, Brad Setser
Sin voz en las políticas federales que lo gobiernan, por décadas Puerto Rico ha permanecido desatendido por Washington. Las cosas no pueden seguir así. El abandono político y económico en que Estados Unidos mantiene a la isla empaña la autoridad moral del país. Y son los puertorriqueños quienes deberían decidir el futuro de la isla, ya que se trata de una cuestión no solamente económica, sino de identidad, herencia y valores.