Argentina
Luhmann califica a “la constitución como adquisición evolutiva”1 cuya novedad consiste en que en ella convergen dos tradiciones semánticas y se transforman viejos contenidos de sentido. La primera de estas tradiciones (que aún se mantiene) refiere al concepto de estructura, a una conexión orgánica que mantiene unido al cuerpo social y político y que expresa una concepción de la temporalidad del derecho, que indica su vigencia. La segunda tradición, proveniente del derecho romano remite centralmente a la existencia de textos escritos. En esa convergencia, la figura del contrato es clave, ya que funda la legitimidad del poder político, el ejercicio de la fuerza y las formas de su delimitación. Así la constitución es un texto jurídico que textualiza cuestiones políticas, trata jurídicamente problemas políticos, determina el orden político como orden jurídico. El auxilio de Derrida es imprescindible para encarar un enfoque deconstructivista de las decisiones teóricas, prácticas, ético-políticas y jurídicas.
Luhmann describes “the constitution as an evolutive adquisition” which contributes with two semantic traditions converging in it, and transforms the sense of old contents. The first of these traditions (which still remain) refers to the concept of structure, an organic connection which maintains united the social and political body, and expresses a temporality law conception, which indicates its validity. The second tradition originates in Roman law and mainly refers to the existence of written texts. In this convergence, the figure of the agreement is a key issue, because it establishes the political power legitimacy, the exercise of force and the ways of delimitation. In this way the Constitution is a legal text which describes political issues, refers in a legal way to political problems, and states political order as itself. The contribution of Derrida is essential to face a deconstructive approach in theoretical, practical, ethical-political, and legal decisions.