Laszlo Vladimir Palotas Kelen
Este artículo de reflexión analiza dos competencias de gobernanza regional, la competencia entre la Alianza del Pacífico (AP) y el Mercosur, y la competencia entre la Unasur y la OEA, explorando las estrategias colombianas. Mientras la AP, combinada con el transregionalismo de sus miembros, parecía prevalecer en la competencia con el Mercosur para surtir el modelo privilegiado de gobernanza económica regional, la Unasur no solo perdió la competencia con la OEA por ejercer el mandato de la gestión de seguridad en América del Sur, sino quedó amenazada de extinción. La competencia Unasur-OEA – entre dos organizaciones anidadas– era mucho más intensa que la competencia AP-Mercosur, atenuada con esfuerzos de convergencia. Mientras la competencia Unasur-OEA emanaba de una búsqueda de autonomía suramericana, apoyada en el ascenso de Brasil (hasta 2013), la competencia AP-Mercosur abarcó la contestación institucional colombiana frente a su aspiración al liderazgo regional.