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El reparto del trabajo se ha utilizado en momentos de crisis como un instrumento de la política de empleo. En España, durante las dos últimas décadas, la jornada laboral pactada en convenio ha experimentado un leve descenso. Al menos sobre el papel. Porque la jornada media que se realiza en España de forma efectiva ha aumentado durante la crisis y es superior a la de la mayoría de los países de la eurozona. Las cifras indican que el nivel de empleo podría llegar a crecer algo más del 6% si se suprimieran las horas extraordinarias no justificadas.
