En el período 1986-1996 la Unión Europea tuvo que hacer frente a grandes desafíos como consecuencia de la desaparición del "muro de Berlín", la transformación de los países de Europa Central y Oriental, la disolución de la Unión Soviética, la integración de los países de la EFTA, o la demanda de adhesión turca. En este artículo se analizan estos acontecimientos, centrándose muy especialmente en la forma en que la Comisión Europea gestionó las relaciones exteriores en una etapa tan delicada