En los actuales discursos, el valor de la democracia se encuentra ante una paradoja: parece obviarse su bondad y pertinencia, y a la vez sufre un progresivo desvirtuamiento que, en tiempos de incertidumbre, afecta paralelamente a otras ideas -como la de diversidad, autonomía, calidad- cercanas al reconocimiento de los individuos y los colectivos que un día resultaron ser fundamentales para el desarrollo humano. De este modo, consideramos necesario retomar su sentido con el objeto de evaluar su práctica en la institución educativa y proponer alternativas.